Luchando contra esta apatía que me corroe
y que extiende sin fin mi falta de horizonte,
que me quema en su frialdad desenfrenada
y me lleva a un estanque de soledad sin vida.
Me abandonó el amor que siempre me guiaba,
hasta tú que me amaste en silencio me gritas
que estoy loco,
que tengo un expediente abierto en cada frente
y unas alas partidas para saltar al vacío.
En unos días apenas me he quedado sin fe,
me he quedado sin música, sin luz, sin poesía,
insisto hasta el final porque no tengo freno;
he aprendido a hablar sin saber lo que digo.