Inspirado por la huida de los grandes poetas
en las hojas del sauce mi corazón gemía;
son las calles y los sueños tan oscuros sin ti
que por no derramarme en la nada me inspiro.
X
Cogeré un poema si acaricio tus mejillas
y siento que se encienden los pliegues de mi ropa.
Cogeré otro poema si acaricio tu silencio
y siento que se rompe en la cumbre de mi boca.
Tendré tu falda abierta en mis ruinas,
tus ojos de cielo oscuro penetrando en la luna.
Pienso que has muerto o que estás tan lejos
que eres la poesía que el adolescente llora
en la penumbra amarga donde huye el relámpago.
Descenso hacia el dolor, agujero aparente
que sube a las tinieblas de un techo imperceptible.
Pero yo aún te tiendo mi mano y te levanto,
lujuria que revienta en las ramas de mi alcoba,
lluvia que no ha caído, corazón que me evoca
intensas sensaciones que nunca florecieron.
(Escrito sobre Poeta en Nueva York – Abril 1991)
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